Ernestina de Champourcín Morán de Loredo, nació en Vitoria el 10 de julio de 1905, en una familia católica y monárquica, que le ofreció una esmerada educación en un ambiente familiar, culto y aristocrático. Cursó sus primeros estudios en el colegio del Sagrado Corazón y bachillerato como alumna libre en el Instituto Cardenal Cisneros. En los veranos, en su casa llamada La Casona de la Granja de San Ildefonso, jugaba con los hijos de Alfonso XIII. Su conocimiento del francés e inglés, gracias a institutrices nativas y las revistas que recibían en la casa familiar en dichas lenguas, le llevaron a comenzar a escribir, desde los seis o siete años, poesía y cuentos en francés, que ella misma destruyó al plantearse seriamente su vocación literaria. Años más tarde, en el exilio, utilizaría su dominio de idiomas para trabajar como traductora, faceta menos conocida, para la editorial mexicana Fondo de Cultura Económica, aproximadamente durante quince años, en los que deja de publicar poesía. Juan Ramón Jiménez fue su mentor y orientador de sus lecturas.
Como la gran mayoría de representantes de su generación, los primeros testimonios de su obra poética son poemas sueltos publicados a partir de 1923 en diversas revistas de la época, tales como Manantial, La Gaceta Literaria, Mediodía, Cartagena Ilustrada o La Libertad. En 1926, María de Maeztu y Concha Méndez, relacionadas con la Institución Libre de Enseñanza fundaron el Lyceum Club Femenino al que acudían mujeres de diversa extracción social, con inquietudes artísticas, culturales, sociales e internacionales, que les ayudasen a intervenir en la sociedad de su tiempo. Este proyecto interesó a Ernestina, quien se involucró en el mismo, encargándose de la sección literaria.
Publica sus primeros libros en Madrid: En silencio (1926), Ahora (1928), La voz en el viento (1931), Cántico inútil (1936), con los que es reconocida por los miembros del grupo del 27 y vinculada al mundo literario de la capital de España.
